EL PERRO JEFE
Entonces él se sentó y llamo a los doce, y les dijo: Si
alguno quiere ser el primero, será el postrero de todos, y el servidor de
todos. Marcos 9: 35.
Entre los
perros que arrastran los trineos de los esquimales existe una muy notable serie
de reglas sociales. En realidad, estas reglas son muy parecidas a las de los
lobos, con quienes estos perros están íntimamente emparentados. Cada jauría es
solidaria con su jefe y con los demás miembros de ella. Su territorio lo
determina el domicilio del esquimal que los alimenta. Puede ser que no sea más
grande que el patio del esquimal, pero la jauría lo defiende vigorosamente de todo intruso y
de todo miembro de otras jaurías.
Algo
interesante ocurre cuando el perro jefe y uno de sus subalternos son
sorprendidos en el territorio de otra jauría. Esto, naturalmente, puede ocurrir
por accidente. Pero si un perro jefe y uno subalternos son sorprendidos
mientras cruzan el territorios de otra jauría, los miembros de ésta los persiguen fieramente para
expulsarlos. En ese caso, los dos intrusos corren a toda velocidad en dirección
de su territorio, mientras los dueños de casa van en su persecución. Tan pronto
como los perros que huyen cruzan el límite que separa los territorios de las
jaurías, suceden dos cosas: Primero, la jauría perseguidora se detiene y ladra
furiosamente como si dijera: “Que esto les sirva de lección. Que no los
volvamos a ver por aquí, porque si los vemos, les va a ir muy mal”. Segundo, el
perro jefe de los dos que escapaban, se vuelve hacia su compañero y lo castiga
severamente como si él tuviera toda la culpa. Los pelos y la piel del pobre
perro subalterno saltan por todos lados mientras el jefe descarga su fastidio
sobre su compañero de menor jerarquía.
Es tan fácil que nosotros también
actuemos como estos perros cuando se nos sorprende algo que no deberíamos
hacer. En lugar de aceptar los hechos y limitarnos a pedir disculpas para
olvidar el asunto en seguida, le echamos la culpa a la hermanita, al perro o al
amigo. La próxima vez que nos sintamos molestos por algo que estemos haciendo,
recordemos a los perros esquimales y tratemos de no imitarlos.
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